Opiniones sobre libros, series y películas

Si bien abrí este blog hace 9 años, para compartir reflexiones sobre diferentes temas, hoy me doy cuenta que lo ideal es aprovechar este espacio para compartir mis opiniones sobre los libros que leo, así cómo series y películas relevantes. Pues, al final mucho de ellas son espejos que nos permiten explorar esas ventanas de cómo nos vemos. Con esto busco dar ideas a las personas que buscan qué leer o ver y poder dialogar sobre estos.

domingo, 21 de noviembre de 2021

Donde está mi tribu y la crianza en un mundo individualista


 Este libro es de los más sinceros e importantes que he leído, pues tiene una visión sociológica e histórica de la maternidad que mire lo estructural. Mira la ofensiva del capitalismo contra las madres con los modelos actuales de crianza, argumenta contra la dictadura de los expertos y reivindica el derecho a cuidar. Y te dice la verdad: las exigencias actuales de crianza con apego y la vida laboral, siendo la súper mamá NO es posible en soledad, se necesita tener una comunidad. 

Es un apasionante diario de la maternidad donde la autora cuenta cómo después de tener a su primer bebé empezó a leer muchísimos libros de crianza. Y encontró que había encontraba dos corrientes de crianza (con matices) que se contraponían: el adultocéntrico y el centrado en los niños. 

Los textos adultocéntricos conciben el niño como un pequeño monstruo insaciable, un tirano manipulador guiado por malos instintos que los padres deben vigilar atacar y reconducir. 

Los textos centrados en los niños defiende la inocencia ya bondad intrínseca del niño que sabe mejor que nadie lo que necesita y lo pide con los medios que tiene a su alcance la tarea de los padre sería la de amarlo, cuidarlo, estudiar y seguir sus pasos de su hijo. Sin embargo, señala vivimos en un mundo adultocéntrico que no está hecho a la medida de niños, adultos mayores o quien no goza de buena salud. 

En el libro crítica ambos modelos, rompiendo con esa idea maniquea. Proponiendo un modelo diferente. Diciendo que el problema no son nuestrxs hijxs. La autora sostiene que el problema es una sociedad cuyas exigencias son radicalmente incompatibles con las necesidades de los bebés y también con las que cuidan de ellos. Lo que plantea es un enfoque orientado a los niños que también tenga en cuenta la vulnerabilidad de los padres y el peso excesivo que recae sobre sus espaldas. 

Después de que nació su hijo escuchó hasta la saciedad el proverbio africano que dice que para crear un niño hace falta una tribu. Sin embargo, en experiencia propia y de sus allegadas se dio cuenta de la ausencia de ella. Narrando cómo fue su vivencia como mamá primeriza y sin ayuda. Cuenta cómo cada tarea cotidiana se vuelve una labor imposible y se encontraba aislada. Después tuvo la posibilidad de instalarse en la casa de la sierra de sus padres donde iban sus hermanas. Ahí todo cambió pues estaba acompañada, y realizaba las tareas relativas al bebé de la mano de su familia. La autora señala que la gente que conoce muy pocos han podido disfrutar de un entorno cooperativo para criar a sus hijos de tipo del que ha descrito siquiera por unas semanas pero la mayoría han sufrido la falta. 

La autora menciona que el descubrimiento de las ambigüedades de la experiencia maternal puede resultar dolorosas sobre todo si se parte de una imagen mitificada de la maternidad como felicidad absoluta.  Tener un hijo es, entre otras cosas, bastante agotador. Acostumbrarse a vivir con alguien que te necesita tanto no tiene porque ser fácil, por mucho amor que haya. En los últimos años se ha hablado cada vez más abiertamente de la ambivalencia del proceso y en el amplio escaparate para la intimidad que proporciona Internet abundan testimonios y confesiones sobre la dureza del puerperio. Sin embargo, rara vez se cruzan estos datos con el lema de qué hace falta toda una aldea para criar a un hijo. 

La autora aborda cuando el cuidado lo realizan abuelas, sin embargo, este no es un cuidado comunitario sino se transfiere (o hay una sustitución) del cuidado individual de las madres a las abuelas, trasladando todos los malestares. Asimismo la autora trata el tema de la industrialización y eso cómo ha cambiado la urbanización y con esto también la estructura social donde los barrios constituían una estructuras de solidaridad comunal de cuidado. La industrialización, sostiene la autora, también cambió la dinámica de la vida familiar pues antes dentro de casa se cosechaba y cuidaba al ganado que producía la comida. En este sentido durante miles de años el hogar familiar no sólo fue una fuente de sentido simbólico sino la base material de la vida social. Nuestros hogares están cada día más vacíos, son un escaparate histórico no la norma. 

La autora sostiene que los procesos de industrialización inauguraron una era de profundo malestar de la mujer en el hogar. En casa sólo había espacio para las tareas domésticas, el tedio, un asfixiante sobrecarga afectiva y a lo sumo el cuidado de los hijos compartido con dirigido por expertos médicos y educativos. Además las mujeres urbanas se fueron encontrando cada vez más solas desgajadas de sus vínculos con otras mujeres quienes apoyarse y recibir información y conocimiento. 

Aborda lo que llama la “ambigüedad de la liberación” de las mujeres. La autora señala que las madres en la generación anterior de la suya fueron las primeras españolas que experimentaron a una escala muy amplia una forma de vida radicalmente distinta a la de su madres.  Protagonizaron un proceso de liberación de una tradición de dominación masculina que  dejó un pozo profundo de su manera de entender su propia vida. Todo esto provocó un cambio en la estructura familiar, en las personas que asistían a las escuelas, en el tiempo de la maternidad. 

La autoridad visibiliza el cansancio que tenemos casi todas las madres de hijos pequeños y trabajamos de tiempo completo. En Estados Unidos 84% de las madres trabajadoras consultadas consideraron que quedarse en casa cuidando a sus hijos ser un lujo económico al que aspiraban pero no se podían permitir. En este sentido en EEUU se han hecho opciones de “ópting out” o tomar licencias después de tener a tu bebé. La autora quien se toma un año de licencia dice, que tomo esta edición de esta decisión de dedicarse integralmente al cuidado de su hijo más del pasado en el rechazo de lo que no quería la famosa doble jornada y la Supermamá que encumbró la prensa en los 80. 

La autora sostiene que mucho de la cultura de opting out coinciden en el tiempo de la difusión del modelo centrado en el niño o la crianza con apego o la maternidad intensiva o la crianza natural un modelo basado en “la atención interpretación y satisfacción de las necesidades y los deseos de los niños que exige a los cuidadores es especialmente la madre amoldar y sincronizar su conducta a la del hijo armarse de paciencia, empatía y capacidad de negociación para evitar el autoritarismo y el valor de la autocontención para evitar también la sobreprotección y el exceso del dirigismo.” Cuando leí estas palabras me sentí tan identificada de cómo quería criar a mis 3 morritos pero también tan exhausta, pensando solo un robot podría hacer esto. Y es cómo criar a nuestros hijos como de verdad nos gustaría hacerlo con tiempo, con recursos económicos suficientes, con la paciencia que propicia de sentirse descansada y acompañada, sin sentirnos solas, ni aisladas, sin tener que encerrarnos sin renunciar a lo público. Criar un hijo en la soledad del hogar urbano moderno y durante las horas que deja libre un trabajo remunerado es una prueba muy dura para los padres y para los niños. Planteando que aguantarse, ya sea con amor y paciencia infinita o parchando la situación, no puede ser la única respuesta. Y la fatiga no debería ser el estado crónico de tantos padres. 

La autora sostiene que la maternidad es una plataforma excelente para observar las contradicciones que genera el imperio del mercado en nuestras sociedades por un lado somos libres para hacer lo que nos dé la gana, valorando las relaciones personales del amor por encima de todos pero temerosos el mundo hostil y competitivo que encontramos en el trabajo en la política y en las calles construimos refugios en los que no nos queremos cuidamos y protegemos pero nos encontramos con la agresividad del mundo exterior que se cuelan esto refugios y admirando nuestros proyectos vitales. 

Aborda como están en crisis los cuidados, ya que el modelo, se volcó pues las mujeres que habían dedicado todo su tiempo al trabajo no remunerado se están incorporando un mercado laboral masculino cuya estructura está diseñado para personas que no tienen que cuidar a nadie. De este modo hay una tensión entre la lógica del mercado y la lógica del cuidado  y las mujeres empiezan experimentar esta tensión en su propio cuerpo. 

La autora cita a Guzmán diciendo que todas las madres con hijos pequeños necesitamos acompañamiento, solidaridad, comprensión y resguardo de otros miembros de nuestra tribu pero en el mundo occidental, especialmente en las grandes ciudades, nos hemos quedado sin tribu.

La autora señala que las barreras de nuestra casa, hoy en día son débiles, incapaces de tener el torrente individualista posmoderno lo que está ocurriendo es que el proceso de licuefacción de las relaciones sociales no se ha detenido en el umbral de nuestro domicilio los valores y pautas de conducta que permiten sobrevivir en la selva exterior se van colando nuestros hogares. 

La maternidad implica cambios en tu vida. En el sentido que es difícil llevar a cabo las actividades que antes hacías. En este sentido la maternidad se ve como un aplazamiento de los propios deseos pasando a la imposición y sacrificio. Sin embargo, la autora plantea si las responsabilidades de las crianza nos permiten cuestionarnos si las copas, el cine, o los deportes de riesgo si son o no lo que de verdad nos define como las personas que aspiramos a hacer. La maternidad podría ser una buena ocasión para cuestionar los modelos de vida típicos del híper consumismo contemporáneo. 

La autora señala que la doctrina de la conciliación de la vida laboral y familiar sostiene que no hace falta renunciar a la maternidad para desarrollar una carrera profesional. el Estado se ocupa de suministrar los instrumentos para que todo el mundo pueda armonizar ambas facetas de su vida sin embargo esto no pasa en la realidad. ¿Qué queda de la familia cuando los padres sólo ven a sus hijos a la hora del baño y la cena? mientras que el resto del tiempo se encargan del cuidado de los niños diversos profesionales.  Las comunidades tradicionales, aldeas, las familias extensas, incluso cierto tipo de barrio no pueden confundirse con el  en modo alguno con las figuras actuales de externalización del cuidado, pues no existen los vínculos. 

La autora hace un formidable alegato contra la dictadura de los “expertos” diciendo que algo que ha caracterizado la crianza de nuestra época es la incesante proliferación de recomendaciones diversas y contradictorias. Creando el enfoque científico de la crianza que se mostraba muchas veces ciego al hecho incontrovertible que para las madres trabajadoras es materialmente imposible criar bien a sus hijos en las condiciones sociales en las que se encuentra. Así surgió lo que se ha convertido en la pauta común de la literatura de consejo sobre crianza: la culpabilización de las madres. En este sentido los padres modernos consideran que no están preparados para asumir la educación de sus hijos de manera autosuficiente. El auge de los expertos ha convertido a las familias autónomas en instituciones dependientes y en crisis permanente. Mostrando los pros y contras de varias técnicas como la crianza con apego y el conductismo. También poniendo en tela de juicio las encuestas y datos, señalando cómo estás también tienen ideología. 

Es un gran libro que me hizo cuestionarme muchas de mis decisiones, mis límites, mis ansiedades. Y sin duda replanteo cómo ejerceré mi maternidad, que la verdad cada día lo voy reinventando y haciendo lo mejor que puedo. Juntando más gente a mi tribu, reconociéndome vulnerable. Me encantó cuestionara a “los expertos” y la presión que tenemos entre médicxs y coachs. Y nos recordará que lo importante es vivir con mi gente, escuchar mi voz, mi instinto y dejar la culpa atrás. 


El libro de Aisha y la perdida de una hermana


 
El libro empieza cuando los padres de la autora reciben a su hija antes llamada Patricia y ahora renombrada Aisha que se había ido al extranjero hace más de 5 años vestida con el hajiib, sin comprender lo que está pasando, presentando a su pareja Sayyib que los llama padres. 

Aisha (antes Patricia) viene de una familia tradicional mexicana con 3 hermanos menores a ella. La autora se pregunta ¿qué están quitándote cuando te arrancan un nombre? Por lo que decide llamarla hermana.

Aisha viene con miles de solicitudes. Habla en turco con su marido y lo que habla en inglés lo traduce la autora. Y de ahí empiezan pleitos constantes que terminan en la salida de Aisha y su esposo de la casa para desaparecer y no volver nunca.

Después se empieza a analizar qué hacemos con las ausencias en nuestras familias. Reconstruyendo historias para saber ¿cuando empezó la separación? Con esto la autora hace entrevista a sus familiares, amigos, ex novios, ex caseras, conocidos, hasta familiares de él. Con esto busca mirar la infancia de su hermana para responder a esto, su participación en el movimiento estudiantil del 68, lo que enviaba desde Europa cuando se fue a estudiar allá. Y como un día aviso que se casó.

Es un libro ligero bien escrito autobiográfico, que te lleva a otra realidad, a conocer nuevas personas, a hacerte otras preguntas. Para mí no es relevante él fuera musulmán sino más bien  una relación patriarcal violenta y por eso se me hace tan valioso que el novio de la autora narre el trágico caso de su hermana que se abandonó por una pareja quien la mató.  Por eso las preguntas para mí son: ¿Cómo de nuestras necesidades y carencias caemos en lo que llamamos amor? ¿A qué llamamos amor? ¿Qué pasa cuando estas relaciones son violentas?¿Qué hace que nos abandonemos por alguien? ¿En quien nos convertimos nosotras cuando somos las testigos que sobreviven para contar la historia de cómo perdimos la presencia tan intima de una hermana? Recordándonos cada vez que escribimos, lo hacemos sobre nosotras mismas. 


domingo, 14 de noviembre de 2021

Casas vacías y las maternidades no hegemónicas


Este libro muestra cómo las maternidades son diversas y no son siempre felices, sino que están llenas de grises, de arrepentimientos, de errores, de reencuentros. Y cómo se enfrenta la desaparición de un hijo, y esto afecta con quién convivimos y a quién criamos.

Primero, cuenta la historia de la madre de Daniel que “pierde” en el parque a su hijo. Narrando ¿qué pasa cuando tienes un hijo desaparecido? La autora dice que es como un fantasma que te persigue como si fuera parte de una esquizofrenia. La novela cuenta cómo afecta tu existencia, tu visión de vida, y a toda la familia. Hay una frase sobre esto en la novela que me marcó “el que desaparece se lleva algo de ti que no vuelve: se llama cordura.” Las preguntas que te dan vueltas toda la vida cuando desaparece un hijo de cómo está. Sin embargo, ella analiza la ambivalencia que represento el ser madre, desde quedar embarazada de Daniel, cuestionándose si lo quería, sufriendo el embarazo y el parto. Asimismo, la culpabilidad que siente por el autismo de Daniel. E incluso si su desaparición le permitió librarse de cuidar un niño con autismo. También narra el tortuoso camino con las autoridades del país para encontrar a su hijo. 

 

Asimismo, narra la historia de la misma madre de Daniel con Nagore su hija “adoptiva” pues es la sobrina de su pareja cuya madre fue asesinada con violencia brutal por su padre, en quien muchas veces saca su frustración y culpa ¿qué será de Nagore siendo criada en ese entorno? Donde su misma tía que es la encargada de esto admite que se odian y eventualmente Nagore reconoce no quiere vivir con ella. Quiere volver con sus abuelos, lo que provocó una pelea a golpes entre ellas y termina en el que Nagore vuelva a España. 

 

También cuenta los cuestionamientos constantes de la madre de Daniel sobre su capacidad junto a su pareja de ser padres. Mostrando ¿cómo cambia nuestras relaciones de pareja cuando tenemos personas a nuestro cargo? 

 

Por otro lado, cuenta la historia de quien se robo a Daniel y lo llama Leonel, para mejorar su relación de pareja, volviéndola una “familia” y por seguir lo que todas sus conocidas y parientes hacían: tener hijxs. Narra su relación violenta en todos los sentidos, golpeándola, insultándola, humillándola. Cuando ella explica porque eligió a Rafael como pareja sabiendo sus características, muestra cómo las mujeres tenemos interiorizado el ideal de masculinidad tóxica. 

 

Desde un principio Leonel mostró síntomas de autismo y muestra su transitar con esto. Señalando la poca comprensión sobre las personas neurodiversas, y cómo es necesario haya información para la crianza de todas las personas desde una visión inclusiva. También presenta lo que representa ser cuidadora de personas neurodiversas. Y este cansancio y frustración cómo puede resultar en maltrato de ellos. 

 

También llama la atención cómo muestran otras maternidades la de los violentadores Xavi y Rafael. La primera que no entiende porque su hijo mato a su esposa y la segunda normalizando la violencia. 

 

Muchos me escribieron cuando lo empecé a leer sobre lo doloroso de este libro, y el vacío que deja. Sin embargo, yo celebro la cantidad de temas que toca y que se visibilicen estas maternidades diversas, y la ambivalencia per se de la maternidad, la carga o culpa de las madres de hijos con discapacidad, el trabajo de las cuidadoras de hijos con discapacidad, los efectos de la violencia en la vida de las mujeres no importa la clase social y cómo afectamos la vida de quien cuidamos. Incluso creo que no diga los nombres de las principales mujeres es a propósito para mostrar cómo se borra tu identidad cuando eres madre. Además con esta prosa maravillosa de Brenda Navarro. Es un libro que realmente disfruté y se volvió de mis favoritos. 

viernes, 12 de noviembre de 2021

La carga mental femenina


Este libro aborda un tema interesante de la maternidad que es la carga mental. Afirmando que la conciliación entre vida laboral y la familiar no es posible. Planteando transitar a la corresponsabilidad. Por eso propone abrir la conversación para desnaturalizar comportamientos para liberarnos. 

 

La autora, reportera y conductora de tv, empieza planteando cómo cuando tuvo a sus gemelos y volvió al trabajo sintió que descansaba pero sentía culpa (después de haber leído varios libros sobre maternidades he encontrado que es una constante. Así que si eres mamá y sientes culpa, no estás sola, casi todas lo sentimos). Asimismo, no podía seguir viajando como lo hacía y no sabía cómo decirles a sus empleadores esto. Toda la logística que significaba que saliera de casa le causaba estrés. Así como perderse momentos importantes de sus hijos. Todo esto y una cirugía de urgencia de uno de sus hijos hizo que cambiará el formato de su trabajo. La mayoría de las personas que toman estas decisiones que afectan su carrera laboral y contribuyen a los techos de cristal. Esto viene de la idea que el hombre trabaja y las mujeres en casa. 

 

Porque la autora plantea la casa y sus necesidades son también un trabajo que parece no verse.Se trata de poner la lavadora pero también de pensar toda la infraestructura necesaria para el correcto funcionamiento de la casa. Esto, que lo realizamos mayoritariamente mujeres, nos agota. 

 

La autora establece que está distracción que nos proporciona la casa no es obsesiva, ni gratuita, es simplemente la necesaria para lograr que nuestros hijos, vayan al colegio vestidos con ropa limpia vayan al médico hagan su tarea y vivan en un lugar limpio. Se llama responsabilidad y, se trata, básicamente de tenerlo todo en cuenta, controlado y organizado.

 

La carga mental hace referencia a la planificación coordinación y toma de decisiones en el ámbito del hogar y de la pareja. Es el acto de estar pendiente de todo. Es la carga que supone ser el único responsable final, tener nuestro cerebro constantemente ocupado en que no se te olvide nada prever organizar y gestionar tareas habituales alrededor de la casa y de la familia pero también las imprevistas. Todo esto a coste cero. Causando serias consecuencias. 

 

La autora señala que si bien hoy en día hay un mayor reparto de tareas en el hogar, la carga mental es un terreno que todavía permanece exclusivamente femenino y está afectando la salud de millones de mujeres sin que ni siquiera hayamos tomado conciencia de ello. 

 

La autora afirma que cuándo una pareja decide emprender una vida en común mientras los niños no llegan la organización es mucho más fácil algo más equilibrada y simple y la mujer dispone de más tiempo para ella. Aún así ya en ese periodo en un sinfín de parejas es habitual que sea la mujer quien elabore listas de las tareas pendientes quien tenga en la cabeza qué falte nada en el refrigerador, entre otras cosas. 

 

Cuándo los niños nacen y esa pareja se convierte en familia las tareas se multiplican y la palabra descanso o mente en blanco suelen desaparecer de las mentes femeninas. Aquí es cuando vemos la doble o triple jornada, que muchas veces nos desborda. E incluso salir con las amigas nos hacen sentir culpables por disfrutar sin tenerlos en cuenta. 

 

Asimismo, narra mediante historias cómo la relación de pareja cambia cuando tienes hijos y las responsabilidades se multiplican. Y cómo la mayoría de los hombres no ve las cargas ¿Cómo le explicas a alguien algo que ve cómo nada? Y narra cómo los roles de género favorecen esta carga mental. Hay una gran cita en el libro “ hasta que no dejemos de vernos como las principales responsables del universo casa, no sentiremos que está justificado que le pidamos a la pareja que haga más”

 

La autora propone llamar trabajo no remunerado a las tareas del hogar para poder darles la dimensión de trabajo y dejar de que estén en el terreno invisible. Narra como con la llegada de un hijo descubrimos también a la pareja que se ha convertido en padre o madre y como esto nos sorprende. Aquí habla como la corresponsabilidad en el lugar tiene mucho que ver con la capacidad de aprendizaje de cada uno de los miembros de la pareja y con la capacidad de adaptación de las nuevas situaciones, es decir, Con ser inteligentes dado que la inteligencia es la capacidad de adaptación del medio. 

 

Cuenta como todas las mujeres no estamos solas en nuestro sentimiento de haber perdido nuestra identidad al vivir el día a día siendo madre. En este sentido, habla del Club de las Malasmadres (https://clubdemalasmadres.com/) . Entre las muchas labores que desarrollan es como escuchar a miles de madres impartir talleres y charlas en empresas, dialogar con políticos sobre el tema. En específico hay un proyecto muy interesante que se llama “ yo no renuncio” ahí establece que es una comunidad emocional que buscar es mi  desmitificar la maternidad y romper el mito de la “madre perfecta”. Busca ir de un sentimiento individual a conectar con una necesidad social y convertirnos en un movimiento tendencia que con mucho sentido del humor rompe estereotipos. Tiene como lucha en común la conciliación porque son madres que no quiere renunciar a su carrera profesional pero tampoco quieren renunciar a ver a sus hijos crecer. De este proyecto sale un estudio sobre las madres que trabajan con datos impresionantes. Uno de ellos es que el 58.1% de mujeres toma decisiones laborales que implican una renuncia desde que han sido madres, mientras sólo 6.2% de sus parejas a renunciar por ser padres.Otro dato es que aportando los dos miembros de la pareja los mismos ingresos del hogar el 45% de las mujeres declara ser la principal responsable de las tareas doméstico familiar. Ena el 9% de los casos son sus parejas las principales responsables. 

 

En la segunda parte del libro cuenta su experiencia cuando llega a casa con sus gemelos y el caos que se vuelve (Me identifiqué mucho), como te aísla, porque te ves desbordada por las actividades. Sin embargo, aquí empieza una disertación que no concuerdo cómo las mujeres somos las responsables para que los hombres no se sientan anulados. Me pareció totalmente contradictorio con la carga mental ¿además de cargar mentalmente con todo debemos pensar en cómo él no se sienta excluido? Es como el cómic de “pero no me lo pediste” cuando la mujer está haciendo millones de cosas en el hogar. Entiendo la parte de escuchar y negociar, pero no cargar con qué no se sienta anulado. Creo que la propuesta debería de ser más de cargar a la mujer con esto, establecer mecanismos de comunicación asertiva que se aborda más adelante, de manera muy escueta.   Y no quiere ser que dejemos de ser conscientes de nuestros actos, pero no podemos ser responsables de las reacciones de otrxs. 

 

La autora presenta lo que es la cara b de ceder el control, y entender que las cosas no se harán exactamente cómo quieres. Plantea la importancia de “echar freno” es decir darnos espacio entre los hijos y el trabajo para estar con nosotras mismas y descansar. Y aquí nos invita a pensar a qué actividades podemos renunciar para lograr este fin. Con ejemplos de su vida. Siendo consiente que este es un privilegio que no todas las mujeres pueden tener. Señala que es necesario reprogramar la culpa, la ética y la responsabilidad para lograr mantener el estrés alejado. 

 

La autora establece que la conciliación es algo que parece muy bonito sobre papel, pero no tiene  muy claro que existe en cuanto tal. En cambio la culpabilidad en unos otros sentidos, sí.  Nos sentimos culpables al poner el trabajo por delante nuestro familia o como culpables por no ser 100% efectivas en el trabajo por tener que atender a nuestros hijos. Este sentimiento también lo propicia el hecho de qué no hay un reconocimiento real de todo el talento que se necesita para llevar a cabo la organización del hogar ni desde el exterior, ni de nosotras. Pues tenemos interiorizado que el saber cuidar es algo que viene innato a nuestro género

 

La autora critica el término “conciliación familiar” preguntando sé ¿cómo se hace eso? ¿Cuántas son las horas suficientes?  Plantea qué si bien en España existe la ley de conciliación de la vida familiar y laboral de las personas trabajadoras son las mujeres las únicas que utilizan estos beneficios. Así cita a la directora del la Asociación de  Mujeres Empresarias que propone cambiar el término conciliación por corresponsabilidad donde ambos hombres y mujeres tienen el mismo grado de deber y de derecho. Al mismo tiempo hay repartición de las tareas del hogar igualitariamente

Y para esto hacen 5 propuestas

a) Replantear las jornadas laborales actuales 

b) Incentivar la diversidad de género en las empresas 

c) implicar al hombre en el cuidado de los hijos e hijas y las tareas domésticas familiares. 

d) Plantear las medidas de conciliación para todos y todas 

e) Educar en el cambio de roles tradicionales

 

Es un buen libro dirigido a mujeres de cierta clase social en un entorno europeo. Invisibilizando a todas las personas que realizan tareas de cuidado remuneradas pero de manera precarizada. Celebro forma narrativa de historias individuales, porque te sientes en una reunión entre amigas que comparten preocupaciones. Sin embargo, también llama la atención que solo tiene en su cabeza la pareja heterosexual, no mira la diversidad de familias como la del mismo sexo o monoparentales. Menciona a sus amigos gays pero con los estereotipos que uno carga es “el femenino” como “la mujer”. 

 

sábado, 6 de noviembre de 2021

Mama desobediente y la ambivalencia de la maternidad


Acabo de terminar este libro que me hizo sentir acompañada en mi maternidad. En la primera parte parecía estaba leyendo preguntas que me había hecho pero con respuestas. Lo recomiendo para recorrer el camino espinoso de la maternidad.

La autora empieza mencionando que la maternidad y lo relacionado con ella queda a menudo invisibilizado y rezagada el ámbito de lo doméstico. El ideal materno oscila entre la madre sacrificada al servicio de la familia y las criaturas y la superwoman capaz de compaginar el trabajo y crianza y de cumplir con todo. La autora plantea como el objetivo del libro reflexionar sobre qué supone ser madre hoy, señalando que no hay una maternidad única pero si modelos impuestos que supeditan la experiencia materna a los dictados del patriarcado y del capitalismo. 

Aborda los diferentes mitos como el de: la madre abnegada y sacrificada. La madre al servicio primero de la criatura y segundo al marido. Que siempre antepone los intereses de les hijes porque no tiene propios. El patriarcado redujo la feminidad a la maternidad y a la mujer a ser madre. 

El segundo mito que aborda es el de la perfección que ha servido para culpabilizar y estigmatizar a las mujeres que se alejen de él, sintiendo todo el tiempo culpa. El tercer elemento que aborda es el dilema de la maternidad que surge desde el acceso a los anticonceptivos y así la maternidad se vuelve una opción y deseo confrontados a otros a otros planes o deseos, ya no es el único camino.

Otro tema es el cómo conciliar el trabajo con la maternidad y cómo esto afecta a la brecha de género. Abordando la diferencia entre las licencias de maternidad y paternidad (centrándose en Europa en especial en España), diciendo que hoy en día son insuficientes. 

Aborda cómo las mujeres nos responsabilizamos de las tareas de coordinación de la vida doméstica algo que complejiza cuando hay personas dependiente a cargo. Esto crea una carga mental resultado de compaginar el trabajo doméstico y asalariado, y significa tener que desdoblarnos permanentemente para articular dos ámbitos que funcionan con lógicas y tiempos distintos. Las mujeres tenemos una doble presencia constante en la esfera productiva y reproductiva. En definitiva estar a cargo de la organización del trabajo de cuidados implica que nunca podemos desconectarnos de él. 

Si las mujeres no realizan las tareas domésticas Y sus parejas tampoco se acaba contratando a terceros por medio de una externalización de bajo costo principalmente a otras mujeres en situaciones de vulnerabilidad o precariedad. El problema del cuidado y la reproducción no ha hecho sino trasladarse a otras mujeres menos privilegiadas, en un proceso con un evidente sesgo de clase y etnia. 

Sino puedes contratar a alguien, los envías a una escuela o guardería. En tercer lugar los hijos son dejados con abuelos. Qué si bien disfruta el estar con sus nietos se ha registrado lo que se llama el síndrome de la abuela esclava que produce agotamiento problemas cardiacos y circulatorios así como situaciones de estrés y ansiedad por tener que realizar una tarea educativa que no debería realizar arriesgándose incluso a un enfrentamiento de criterios con sus propios descendientes. Además dejar a los pequeños con terceros no siempre es fácil anímicamente para los padres y madres. 

La autora habla de la multiplicidad de maternidades:

A) Feminización de la monoparentalidad, ya que en España, por ejemplo, el 10% de las familias son monoparentales pero 83% de estas son encabezadas por mujeres y narra el trato diferenciado que viven. Dentro de estas, muy pocas son por elección. Además la mayoría viven en situación precaria y no tienen ningún tipo de ayuda. 

B) Las maternidades adoptivas presentando la complejidad de esta figura que muchas veces implica una tríada complicada. ¿Qué papel debe tener la madre biológica? ¿Qué problemas traen la maternidad múltiple?

C) El papel de las madrastras. Que en el imaginario colectivo gracias a Disney son malvadas. Este imaginario dista de la realidad en la mayoría de los casos. Sobretodo considerando la cantidad de familia “reconstruida” o “ensamblada” donde al menos uno aporta un hije de la relación anterior. 

D) La maternidad subrogada uno de los temas que despiertan ardientes discusiones. Ella lo narra como una explotación capitalista del cuerpo de una mujer (posición que yo no comparto en todos los casos)

La autora narra cómo es ser madre y feminista y cómo en sus años de activismo no había discutido la maternidad hasta que se embarazó. Aborda algunos dilemas sobre la maternidad: La maternidad abruma, absorbe, ¿cómo gozar y aprender de ella? ¿Sin quedar reducida a madre o madre de?

Y de aquí viene la ambivalencia. La maternidad implica un nuevo equilibrio vital, marcado por la tensión interna y contradicciones. La ambivalencia ha sido una palabra clave tanto en sentido psicológico como cultural y social. Y esto se puede ver en algo muy sencillo no hay nadie a quien queremos tanto, nuestres hijes, pero a menudo nos desborda. Es importante saber gestionar esta ambivalencia, aceptando las contradicciones de la maternidad. Se puede vivir en la euforia más absoluta sentir un amor incondicional por tu hijo y al mismo tiempo estar agotada y harta del trabajo de cuidados que requiere. 

Aborda el tabú de la depresión de postparto, narrando las causas de ella, entre ellas, la falta de información, el excesivo trabajo de cuidados, la violencia obstétrica, entre otras. La depresión posparto es una cuestión incómoda hasta cierto punto porque muestra la cara oscura de la maternidad, esa que se opone al ideal de la madre feliz y angelical que nos han vendido. Por este motivo las mujeres que la sufren se niegan a pedir ayuda, la ocultan, se avergüenzan porque consideran que esto no es lo que se espera de ellas. Nuestra cultura se ha basado en silenciar la vida interior de las mamás, en particular las experiencias negativas y ambivalentes. También critica los pocos servicios de salud mental que existen para diagnosticar y tratarla. 

Hace un recorrido sobre la glorificación de la madre hasta la segunda ola feminista de los setenta y ochenta donde reivindica una sexualidad al margen de la reproducción. Sin embargo, esta rebelión terminó produciendo una relación tensa, mal resuelta, con la maternidad, ya que está ha sido utilizada por el patriarcado. Presentando los análisis de Beauvoir y Betty Friedan, Kate Miller y Shulamit Firestone sobre el tema. Para luego pasar a las reflexiones de Adrienne Rich que distingue entre la institución maternal impuesta por el patriarcado y la relación potencial de las mujeres con la experiencia maternal. La idea era “propiciar la creación y el mantenimiento de la vida en el mismo terreno de decisión, la lucha, la sorpresa, la imaginación y la inteligencia consciente, como tarea libremente elegida”. De aquí narra cómo la discusión se va hacia igualar los trabajos de cuidados entre hombres y mujeres. 

La  autora sostiene que integrar la maternidad y los aspectos que se derivan de ella como el embarazo el parto la lactancia y el cuidado de los menores dentro de la teoría de reproducción social es un tema pendiente así como entrar en diálogo con el pensamiento feminista sobre la maternidad.  La necesidad de un modelo de organización social que coloque los cuidados en el centro que los valore y los haga visibles que señale que son responsabilidad de todos y reclame una imprescindible implicación del Estado es imperiosa. 

El trabajo de cuidados en términos de justicia de género debe replantearse de ser una doble perspectiva que atienda el reparto entre hombres y mujeres y la socialización más allá del núcleo familiar se trata de organizar los cuidados y el empleo a partir de un modelo de cuidador universal es decir de personas que combinen empleo y cuidados rompiendo así la separación tradicional entre el rol de proveedor y el de cuidador. 

La autora sostiene que la maternidad es un terreno en disputa. Si tomamos el principio feminista de qué lo personal es político el objetivo consiste en politizar la maternidad en sentido emancipador. No se trata de idealizarla ni tener una visión romántica sino de reconocer su papel fundamental en la reproducción social y otorgarle el valor que corresponde: ya va siendo hora de qué nos dotemos de nuevos códigos. Hay que liberar la maternidad del patriarcado. Las mujeres conquistamos el derecho a no ser madres, a acabar con la maternidad como destino, ahora el desafío reside en poder decidir cómo vivir esa experiencia. 

Aborda la experiencia del parto, donde muchas veces se le ha quitado la decisión a la mujer. Narrando la evolución de esta. Abordando la hegemonía médica y los abusos que se han perpetrado en este modelo y cómo hemos perdido el control de nuestros cuerpos en este proceso, los miedos de parir. Y luego las diferentes formas de violencia obstétrica y los  efectos traumáticos que causan. En este sentido la autora afirma que acabar con la violencia obstétrica debería ser una demanda de primer orden del movimiento feminista. Tan importante es poder decidir si queremos quedar embarazada y seguir adelante con una gestación como, en caso de hacerlo, elegir como queremos parir. Que una mujer quiera decidir en su parto no es un capricho, sino un derecho que tiene que ser ejercido libre de violencia. Prosigue denunciando algunos médicos que se burlan, denigran e infantilizan a las mujeres. Y en este sentido propone que el personal médico que participan en partos tengan formación en perspectiva de género. Habla del papel de las comadronas y la crítica feminista a la medicalización del parto. Contando su experiencia en su parto en casa y los mitos alrededor de estos. En esta parte, sí bien entiendo el abuso que se ha hecho de las cesáreas, invisibiliza a quien la escogemos y no la sufrimos de esa manera. 

Asimismo aborda la lactancia como un asunto que todo el mundo opina (y es así). Y establece que esto debe ser una decisión de la madre. Presentando extensamente los debates entorno a la lactancia. 

Es un libro interesante, sin embargo para mí está muy centrado en la realidad europea y tiene muchos sesgos de crianza “natural”, invisibilizando otras decisiones. Asimismo no profundiza el papel de la pareja en la co-crianza y la importancia de las redes de apoyo. 


Corazón borrado y el horror de las terapias de conversión


Esta película sobre la experiencia de Jared un joven, hijo de un pastor bautista en Arkansas que es llevado a una clínica de terapias de conversión. Contando la horrible experiencia en esta. Basado en una historia real. 

Cuenta cómo es expulsado de su casa, porque sus padres se niegan a aceptar su sexualidad y lo envían a la clínica. Antes lo envían a pruebas de sangre, tratándolo cómo un enfermo. Cuenta su vivencia en la clínica donde hay hipervigilancia (hasta para ir al baño necesitan ir con un supervisor) y niegan que la homosexualidad sea natural, la ven como una elección. Ejercen control ilimitado e irracional en los participantes. Quienes pierden el control de tu vida, identidad y quitar toda agencia. Todo el tratamiento, que por cierto es carísimo, está basado en lo que Dios quiere. El tratamiento incluye fortalecer roles de género con actividades en donde les preguntan ¿estas actividades son de hombre o de mujer? “Fake it until you make it” Lo aíslan proponiendo sacarlo de la universidad. 

 

Explora el sufrimiento en estas clínicas, la culpa, la exposición de situaciones dolorosas llamándolas pecados. Narra golpes, humillaciones públicas. Narra el papel de los padres enviando a sus hijxs a estas clínicas, los procesos que pasan, cómo daña la relación con sus hijxs. Es una película que rompe el corazón y nos hace preguntarnos ¿cuántas clínicas cómo estás sigan? ¿Cuántas vidas ha trastornado? ¿Cómo erradicar la raíz de estas? Al final presenta cifras indicando que al terminar la película 36 estados permitían las terapias de conversión, y al menos 700,000 estadounidenses habían sido afectadxs por estas.