Opiniones sobre libros, series y películas

Si bien abrí este blog hace 9 años, para compartir reflexiones sobre diferentes temas, hoy me doy cuenta que lo ideal es aprovechar este espacio para compartir mis opiniones sobre los libros que leo, así cómo series y películas relevantes. Pues, al final mucho de ellas son espejos que nos permiten explorar esas ventanas de cómo nos vemos. Con esto busco dar ideas a las personas que buscan qué leer o ver y poder dialogar sobre estos.

viernes, 12 de noviembre de 2021

La carga mental femenina


Este libro aborda un tema interesante de la maternidad que es la carga mental. Afirmando que la conciliación entre vida laboral y la familiar no es posible. Planteando transitar a la corresponsabilidad. Por eso propone abrir la conversación para desnaturalizar comportamientos para liberarnos. 

 

La autora, reportera y conductora de tv, empieza planteando cómo cuando tuvo a sus gemelos y volvió al trabajo sintió que descansaba pero sentía culpa (después de haber leído varios libros sobre maternidades he encontrado que es una constante. Así que si eres mamá y sientes culpa, no estás sola, casi todas lo sentimos). Asimismo, no podía seguir viajando como lo hacía y no sabía cómo decirles a sus empleadores esto. Toda la logística que significaba que saliera de casa le causaba estrés. Así como perderse momentos importantes de sus hijos. Todo esto y una cirugía de urgencia de uno de sus hijos hizo que cambiará el formato de su trabajo. La mayoría de las personas que toman estas decisiones que afectan su carrera laboral y contribuyen a los techos de cristal. Esto viene de la idea que el hombre trabaja y las mujeres en casa. 

 

Porque la autora plantea la casa y sus necesidades son también un trabajo que parece no verse.Se trata de poner la lavadora pero también de pensar toda la infraestructura necesaria para el correcto funcionamiento de la casa. Esto, que lo realizamos mayoritariamente mujeres, nos agota. 

 

La autora establece que está distracción que nos proporciona la casa no es obsesiva, ni gratuita, es simplemente la necesaria para lograr que nuestros hijos, vayan al colegio vestidos con ropa limpia vayan al médico hagan su tarea y vivan en un lugar limpio. Se llama responsabilidad y, se trata, básicamente de tenerlo todo en cuenta, controlado y organizado.

 

La carga mental hace referencia a la planificación coordinación y toma de decisiones en el ámbito del hogar y de la pareja. Es el acto de estar pendiente de todo. Es la carga que supone ser el único responsable final, tener nuestro cerebro constantemente ocupado en que no se te olvide nada prever organizar y gestionar tareas habituales alrededor de la casa y de la familia pero también las imprevistas. Todo esto a coste cero. Causando serias consecuencias. 

 

La autora señala que si bien hoy en día hay un mayor reparto de tareas en el hogar, la carga mental es un terreno que todavía permanece exclusivamente femenino y está afectando la salud de millones de mujeres sin que ni siquiera hayamos tomado conciencia de ello. 

 

La autora afirma que cuándo una pareja decide emprender una vida en común mientras los niños no llegan la organización es mucho más fácil algo más equilibrada y simple y la mujer dispone de más tiempo para ella. Aún así ya en ese periodo en un sinfín de parejas es habitual que sea la mujer quien elabore listas de las tareas pendientes quien tenga en la cabeza qué falte nada en el refrigerador, entre otras cosas. 

 

Cuándo los niños nacen y esa pareja se convierte en familia las tareas se multiplican y la palabra descanso o mente en blanco suelen desaparecer de las mentes femeninas. Aquí es cuando vemos la doble o triple jornada, que muchas veces nos desborda. E incluso salir con las amigas nos hacen sentir culpables por disfrutar sin tenerlos en cuenta. 

 

Asimismo, narra mediante historias cómo la relación de pareja cambia cuando tienes hijos y las responsabilidades se multiplican. Y cómo la mayoría de los hombres no ve las cargas ¿Cómo le explicas a alguien algo que ve cómo nada? Y narra cómo los roles de género favorecen esta carga mental. Hay una gran cita en el libro “ hasta que no dejemos de vernos como las principales responsables del universo casa, no sentiremos que está justificado que le pidamos a la pareja que haga más”

 

La autora propone llamar trabajo no remunerado a las tareas del hogar para poder darles la dimensión de trabajo y dejar de que estén en el terreno invisible. Narra como con la llegada de un hijo descubrimos también a la pareja que se ha convertido en padre o madre y como esto nos sorprende. Aquí habla como la corresponsabilidad en el lugar tiene mucho que ver con la capacidad de aprendizaje de cada uno de los miembros de la pareja y con la capacidad de adaptación de las nuevas situaciones, es decir, Con ser inteligentes dado que la inteligencia es la capacidad de adaptación del medio. 

 

Cuenta como todas las mujeres no estamos solas en nuestro sentimiento de haber perdido nuestra identidad al vivir el día a día siendo madre. En este sentido, habla del Club de las Malasmadres (https://clubdemalasmadres.com/) . Entre las muchas labores que desarrollan es como escuchar a miles de madres impartir talleres y charlas en empresas, dialogar con políticos sobre el tema. En específico hay un proyecto muy interesante que se llama “ yo no renuncio” ahí establece que es una comunidad emocional que buscar es mi  desmitificar la maternidad y romper el mito de la “madre perfecta”. Busca ir de un sentimiento individual a conectar con una necesidad social y convertirnos en un movimiento tendencia que con mucho sentido del humor rompe estereotipos. Tiene como lucha en común la conciliación porque son madres que no quiere renunciar a su carrera profesional pero tampoco quieren renunciar a ver a sus hijos crecer. De este proyecto sale un estudio sobre las madres que trabajan con datos impresionantes. Uno de ellos es que el 58.1% de mujeres toma decisiones laborales que implican una renuncia desde que han sido madres, mientras sólo 6.2% de sus parejas a renunciar por ser padres.Otro dato es que aportando los dos miembros de la pareja los mismos ingresos del hogar el 45% de las mujeres declara ser la principal responsable de las tareas doméstico familiar. Ena el 9% de los casos son sus parejas las principales responsables. 

 

En la segunda parte del libro cuenta su experiencia cuando llega a casa con sus gemelos y el caos que se vuelve (Me identifiqué mucho), como te aísla, porque te ves desbordada por las actividades. Sin embargo, aquí empieza una disertación que no concuerdo cómo las mujeres somos las responsables para que los hombres no se sientan anulados. Me pareció totalmente contradictorio con la carga mental ¿además de cargar mentalmente con todo debemos pensar en cómo él no se sienta excluido? Es como el cómic de “pero no me lo pediste” cuando la mujer está haciendo millones de cosas en el hogar. Entiendo la parte de escuchar y negociar, pero no cargar con qué no se sienta anulado. Creo que la propuesta debería de ser más de cargar a la mujer con esto, establecer mecanismos de comunicación asertiva que se aborda más adelante, de manera muy escueta.   Y no quiere ser que dejemos de ser conscientes de nuestros actos, pero no podemos ser responsables de las reacciones de otrxs. 

 

La autora presenta lo que es la cara b de ceder el control, y entender que las cosas no se harán exactamente cómo quieres. Plantea la importancia de “echar freno” es decir darnos espacio entre los hijos y el trabajo para estar con nosotras mismas y descansar. Y aquí nos invita a pensar a qué actividades podemos renunciar para lograr este fin. Con ejemplos de su vida. Siendo consiente que este es un privilegio que no todas las mujeres pueden tener. Señala que es necesario reprogramar la culpa, la ética y la responsabilidad para lograr mantener el estrés alejado. 

 

La autora establece que la conciliación es algo que parece muy bonito sobre papel, pero no tiene  muy claro que existe en cuanto tal. En cambio la culpabilidad en unos otros sentidos, sí.  Nos sentimos culpables al poner el trabajo por delante nuestro familia o como culpables por no ser 100% efectivas en el trabajo por tener que atender a nuestros hijos. Este sentimiento también lo propicia el hecho de qué no hay un reconocimiento real de todo el talento que se necesita para llevar a cabo la organización del hogar ni desde el exterior, ni de nosotras. Pues tenemos interiorizado que el saber cuidar es algo que viene innato a nuestro género

 

La autora critica el término “conciliación familiar” preguntando sé ¿cómo se hace eso? ¿Cuántas son las horas suficientes?  Plantea qué si bien en España existe la ley de conciliación de la vida familiar y laboral de las personas trabajadoras son las mujeres las únicas que utilizan estos beneficios. Así cita a la directora del la Asociación de  Mujeres Empresarias que propone cambiar el término conciliación por corresponsabilidad donde ambos hombres y mujeres tienen el mismo grado de deber y de derecho. Al mismo tiempo hay repartición de las tareas del hogar igualitariamente

Y para esto hacen 5 propuestas

a) Replantear las jornadas laborales actuales 

b) Incentivar la diversidad de género en las empresas 

c) implicar al hombre en el cuidado de los hijos e hijas y las tareas domésticas familiares. 

d) Plantear las medidas de conciliación para todos y todas 

e) Educar en el cambio de roles tradicionales

 

Es un buen libro dirigido a mujeres de cierta clase social en un entorno europeo. Invisibilizando a todas las personas que realizan tareas de cuidado remuneradas pero de manera precarizada. Celebro forma narrativa de historias individuales, porque te sientes en una reunión entre amigas que comparten preocupaciones. Sin embargo, también llama la atención que solo tiene en su cabeza la pareja heterosexual, no mira la diversidad de familias como la del mismo sexo o monoparentales. Menciona a sus amigos gays pero con los estereotipos que uno carga es “el femenino” como “la mujer”. 

 

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