La mujer es singular y la ciudad es un mapa fascinante y el motivo de los ritmos, los encuentros fortuitos y las amistades siempre cambiantes que conforman la vida en Nueva York, una ciudad que Gornick considera hace soportable su soledad. Habla mucho sobre su relación con la ciudad viniendo del Bronx. Mientras pasea por las calles de Manhattan, Gornick observa lo que ocurre a su alrededor, interactua con extraños y busca su propio reflejo en los ojos de un desconocido. En estos paseos, nos deja sus principales pensamientos sobre la amistad, la idealización y búsqueda del “Amor” y su desilusión sobre esta idealización del concepto, la búsqueda de pareja, su sexualidad, su relación con la propia ciudad y el descubrimiento de ella misma en todos estos pensamientos.
Al explorar el tema de la amistad cita a Cayo en el siglo III que dice “Ninguna persona tiene derecho a esperar la amistad de los demás si no es amigo de sí mismo ese es el primer y principal deber de las personas ser amigos de sí mismos”. Sin embargo, Gornick dice que hoy en día esto está muy alejado de la realidad: la franqueza con la que admitimos nuestras incapacidades emocionales como el miedo, la ira y la humillación, es lo que nos lleva a crear los vínculos de amistad hoy día. No hay nada que no se acerque más a los otros que el grado en que afrontamos abiertamente nuestra vergüenza más profunda cuando estamos con ellos.
En este sentido, Gornick compara el amor romántico con la amistad pues muchas veces la intensidad de esa amistad en las conversaciones es lo que nos mantiene juntas. Sin embargo eventualmente esa atracción hacia los diferentes temas se va pagando la amistad se apaga.
Respecto a la Ciudad narra también la visión de otros autores sobre su importancia. Y cuenta los cambios que ocurren después de la tragedia del 11 de septiembre. Dónde en la ciudad durante semanas parecía vacía confusa descuajadas. La gente caminaba ausente cómo si algo que no eran capaces de identificar los tuviera desconcertados. El olor era sobrecogedor nadie podía describirlo con exactitud, pero, cuando inhalabas el aire te sentías ansioso.
Tengo que decir que habiendo vivido cuatro años en Manhattan estas caminatas me hicieron revivir momentos inolvidables y volver a entender por qué amo tanto esta ciudad que te permite crear una identidad, mirarte en la otredad y que la soledad no está sancionada. Además tengo que decir que sin duda me reflejo en la cosmovisión de Gornick.
También se reconoce con su amistad de más de 20 años con Leonard-un hombre gay que vive su propia infelicidad con sofisticación y que la ayudado “a comprender la misteriosa naturaleza de la relaciones humanas más que ninguna otra relación íntima que haya tenido”, pues ambos comparten la necesidad de encontrar un agravio que combatir, centrándose en lo negativo, sus fracasos de relación de pareja y cómo Gornick se ve en él. Cita Freud donde la exploración del inconciente muestra que desde el nacimiento hasta la tumba estamos todos divididos y lo que resulta más difícil de curar en sus pacientes en la resistencia a ser curados. Y es así cómo nos quedamos en lugares oscuros. Es muy interesante el papel de Leonard en la novela porque de manera sutil pone en la conversación la discriminación y perjuicios hacia la diversidad sexual.
Gran libro que intercala anécdotas personales, viñetas narrativas y piezas reflexivas sobre la amistad, sobre la a menudo irreprimible atracción por la soledad y sobre qué significa ser, una feminista moderna, “una mujer singular” (an “Odd Woman” término acuñado por George Gissing para describir a las feministas) estas memorias son el autorretrato de una mujer que defiende con ferocidad su independencia y que ha decidido vivir hasta el final sus conflictos en lugar de sus fantasías. También me gustó mucho las diferentes referencias que hace de autoras y autores y de obras que abordan los conceptos de amistad, amor y estudio de las ciudades.
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