Opiniones sobre libros, series y películas

Si bien abrí este blog hace 9 años, para compartir reflexiones sobre diferentes temas, hoy me doy cuenta que lo ideal es aprovechar este espacio para compartir mis opiniones sobre los libros que leo, así cómo series y películas relevantes. Pues, al final mucho de ellas son espejos que nos permiten explorar esas ventanas de cómo nos vemos. Con esto busco dar ideas a las personas que buscan qué leer o ver y poder dialogar sobre estos.

lunes, 25 de julio de 2022

Mamá desobediente


 Acabo de terminar este libro que me hizo sentir acompañada en mi maternidad. Parecía estaba leyendo preguntas que me había hecho, pero con respuestas. De verdad lo recomiendo para recorrer el camino espinoso de la maternidad. 

 

La autora empieza mencionando que me maternidad y lo relacionado con ella queda a menudo invisibilizado en el ámbito de lo doméstico. El ideal materno oscila entre la madre sacrificada al servicio de la familia y las criaturas y la Super Woman capaz de compaginar el trabajo y crianza y de cumplir con todo. La autora plantea como el objetivo del libro reflexionar sobre qué supone ser madre hoy señalando que no hay una maternidad única, pero si modelos impuestos que supeditan la experiencia materna a los dictados del patriarcado y del capitalismo. 

 

Aborda los diferentes mitos como el de: la madre abnegada y sacrificada. La madre al servicio primero de la criatura y segundo al marido. Que siempre antepone los intereses de les hijes porque no tiene propios. El patriarcado redujo la feminidad a la maternidad y a la mujer a ser madre. 

 

El segundo mito que aborda es el de la perfección que ha servido para culpabilizar y estigmatizar a las mujeres que se alejen de él, sintiendo todo el tiempo culpa. El tercer elemento que aborda es el dilema de la maternidad que surge desde el acceso a los anticonceptivos y así la maternidad se vuelve una opción y deseo confrontados a otros.

 

Aborda también la presión y la complejidad de balancear una vida laboral y la maternidad. 

También habla de la frustración de querer ser madre y no poder, la infertilidad masculina. 

Otro tema es el cómo conciliar el trabajo con la maternidad y cómo esto afecta a la brecha de género. Abordando la diferencia entre las licencias de maternidad y paternidad (centrándose en Europa en especial en España), diciendo que hoy en día son insuficientes. 

 

Aborda cómo las mujeres nos responsabilizamos de las tareas de coordinación de la vida doméstica algo que complejiza cuando hay personas dependientes a cargo. Esto crea una carga mental resultado de compaginar el trabajo doméstico y asalariado, y significa tener que desdoblarnos permanentemente para articular dos ámbitos que funcionan con lógicas y tiempos distintos. Las mujeres tenemos una doble presencia constante en la esfera productiva y reproductiva. En definitiva, estar a cargo de la organización del trabajo de cuidados implica que nunca podemos desconectarnos de él. 

 

Si las mujeres no realizan las tareas domésticas Y sus parejas tampoco se acaba contratando a terceros por medio de una externalización de bajo costo principalmente a otras mujeres en situaciones de vulnerabilidad o precariedad. El problema del cuidado y la reproducción no ha hecho sino trasladarse a otras mujeres menos privilegiadas, en un proceso con un evidente sesgo de clase y etnia. 

 

Sino puedes contratar a alguien, los envías a una escuela a guardería. Y por lo menos en España los salarios son muy malos. En tercer lugar, los hijos son dejados con abuelos. Qué si bien disfruta el estar con sus nietos se ha registrado lo que se llama el síndrome de la abuela esclava que produce agotamiento problemas cardiacos y circulatorios, así como situaciones de estrés y ansiedad por tener que realizar una tarea educativa que no debería realizar arriesgándose incluso a un enfrentamiento de criterios con sus propios descendientes. 

Además, dejar a los pequeños con terceros no siempre es fácil anímicamente para los padres y madres. 

 

La autora habla de la multiplicidad de maternidades:

A) feminización de la mono parentalidad, ya que, en España, por ejemplo, el 10% de las familias son monoparentales, pero 83% de estas son encabezadas por mujeres y narra el trato diferenciado que viven. Dentro de estas, muy pocas son por elección. Además, la mayoría viven en situación precaria y no tienen ningún tipo de ayuda. 

B) las maternidades adoptivas presentando la complicidad de esta figura que muchas veces implica una tríada complicada. ¿Qué papel debe tener la madre biológica? ¿Qué problemas traen la maternidad múltiple?

C) el papel de las madrastras. Que en el imaginario colectivo gracias a los hermanos Grimaldo y Disney son malvadas. Este imaginario dista de la realidad en la mayoría de los casos. Sobre todo, considerando la cantidad de familia “reconstruida” o “ensamblada” donde al menos uno aporta un hije de la relación anterior. 

D) maternidad subrogada uno de los temas que despiertan ardientes discusiones. Ella lo narra como una explotación capitalista del cuerpo de una mujer. 

E) incompatibilidad de la vida política y personal en la maternidad. 

 

La autora narra cómo es ser madre y feminista y cómo en sus años de activismo no había discutido la maternidad hasta que se embarazó. Aborda algunos dilemas sobre la maternidad: 

La maternidad abruma, absorbe, ¿cómo gozar y aprender de ella? ¿Sin quedar reducida a madre o madre de?

 

Y de aquí viene la ambivalencia. La maternidad implica un nuevo equilibrio vital, marcado por la tensión interna y las contradicciones. La ambivalencia sido una palabra clave tanto en sentimiento sentido psicológico como cultural y social. Y esto se puede ver en algo muy sencillo no hay nadie a quien queremos tanto, nuestros hijos e hijas, pero a menudo nos desborda. Es importante saber gestionar esta ambivalencia, aceptando las contradicciones de la maternidad. Se puede vivir en la euforia más absoluta sentir un amor incondicional por tu hijo y al mismo tiempo estar agotada y harta del trabajo de cuidados que requiere. 

 

Aborda el tabú de la depresión de postparto, narrando las causas de ella, entre ellas, la falta de información, el excesivo trabajo de cuidados, la violencia obstétrica, entre otras. 

La depresión posparto es una cuestión incómoda hasta cierto punto porque muestra la cara oscura de la maternidad, esa que se opone al ideal de la madre feliz y angelical que nos han vendido. Por este motivo las mujeres que la sufren se niegan a pedir ayuda, la ocultan, se avergüenzan porque consideran que esto no es lo que se espera de ellas. Nuestra cultura se ha basado en silenciar la vida interior de las mamás, en particular las experiencias negativas y ambivalentes. 

 

También critica los pocos servicios de salud mental que existen para diagnosticar y tratarla. 

Hace un recorrido sobre la glorificación de la madre hasta la segunda ola feminista de los setenta y ochenta donde reivindica una sexualidad al margen de la reproducción. Sin embargo, esta rebelión terminó produciendo una relación tensa, mal resuelta, con la maternidad, ya que está ha sido utilizada por el patriarcado. Presentando los análisis de Beauvoir y Betty Friedman, Kate Miller y Shulamit Firestone sobre el tema. Para luego pasar a las reflexiones de Adrienne Rich que distingue entre la institución maternal impuesta por el patriarcado y la relación potencial de las mujeres con la experiencia maternal. La idea era “propiciar la creación y el mantenimiento de la vida en el mismo terreno de decisión, la lucha, la sorpresa, la imaginación y la inteligencia consciente, como tarea libremente elegida”. De aquí narra cómo la discusión se va hacia igualar los trabajos de cuidados entre hombres y mujeres. 

 

La autora sostiene que integrar la maternidad y los aspectos que se derivan de ella como el embarazo el parto la lactancia y el cuidado de los menores dentro de la teoría de reproducción social es un tema pendiente, así como entrar en diálogo con el pensamiento feminista sobre la maternidad.  

 

La necesidad de un modelo de organización social que coloque los cuidados en el centro que los varo Lore y los haga visibles que señale que son responsabilidad de todos y reclame una imprescindible implicación del Estado es imperiosa. 

 

El trabajo de cuidados en términos de justicia de género debe replantearse de ser una doble perspectiva que atienda el reparto entre hombres y mujeres y la socialización más allá del núcleo familiar se trata de organizar los cuidados y el empleo a partir de un modelo de cuidador universal es decir de personas que combinen empleo y cuidados rompiendo así la separación tradicional entre el rol de proveedor y el de cuidador. 

 

La autora sostiene que la maternidad es un terreno en disputa. Si tomamos el principio feminista de qué lo personal es político el objetivo consiste en politizar la maternidad en sentido emancipador. No se trata de idealizarla ni tener una visión romántica sino de reconocer su papel fundamental en la reproducción social y otorgarle el valor que corresponde: ya va siendo hora de qué nos dotemos de nuevos códigos. Hay que liberar la maternidad del patriarcado. Las mujeres conquistamos el derecho a no ser madres, a acabar con la maternidad como destino, ahora el desafío reside en poder decidir cómo vivir esa experiencia. 

 

También aborda a las matriactivistas. El activismo maternal ha tenido muchas facetas, madres que han luchado para recuperar a sus criaturas desaparecidas, exigir comida en tiempos de guerra, hemos protagonizado un sin fin de luchas. Al hablar sobre el tema de la paternidad, proponiendo maternizar la paternidad.  Es un libro bien documentado basado en estadísticas sobre todo de España. Creo que desdibuja los esquemas de co-crianza o crianza compartida, me hubiera gustado abordara más las paternidades. 

 

Aborda la experiencia del parto, donde muchas veces se le ha quitado la decisión a la mujer. Narrando la evolución de esta. Abordando la hegemonía médica y los abusos que se han perpetrado en este modelo y cómo hemos perdido el control de nuestros cuerpos en este proceso, los miedos de parir. Y luego las diferentes formas de violencia obstétrica y los efectos traumáticos que causan. En este sentido la autora afirma que acabar con la violencia obstétrica debería ser una demanda de primer orden del movimiento feminista. Tan importante es poder decidir si queremos quedar embarazada y seguir adelante con una gestación como, en caso de hacerlo, elegir como queremos parir. Que una mujer quiera decidir en su parto no es un capricho, sino un derecho que tiene que ser ejercido libre de violencia. Prosigue denunciando algunos médicos que se burlan, denigran e infantilizan a las mujeres. Y en este sentido propone que el personal médico que participan en partos tenga formación en perspectiva de género. Habla del papel de las comadronas y la crítica feminista a la medicalización del parto. Contando su experiencia en su parto en casa y los mitos alrededor de estos. En esta parte, sí bien entiendo el abuso que se ha hecho de las cesáreas, invisibiliza a quien la escogemos y no la sufrimos de esa manera. Aborda la muerte gestacional y la dificultad de lidiar con esta, además del tabú que representa.

 

Asimismo, aborda la lactancia como un asunto que todo el mundo opina (y es así). Y establece que esto debe ser una decisión de la madre. Presentando extensamente los debates entorno a la lactancia. Es un libro interesante, sin embargo, para mí está muy centrado en la realidad europea y tiene muchos sesgos de crianza “natural”, invisibilizando otras decisiones. Asimismo, no aborda el papel de la pareja en la co-crianza y la importancia de las redes de apoyo.

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